domingo, 27 de noviembre de 2011

Pasionaria (Passiflora caerulea)

Caminando hace pocos días por cierta zona del Mirador, me llevé una gran sorpresa al encontrarme con esta Passiflora caerulea, un trepadora de origen tropical que tiene un curioso diseño floral que recuerda a los elementos de la Pasión de Cristo. Es muy vigorosa y tiene una enorme capacidad para producir flores.


La Pasionaria, también llamada “Flor de la Pasión”, llamó la atención de los misioneros portugueses cuando la vieron por primera vez en flor en las selvas del sur de Brasil. Y no es extraño, ya que en sus flores, de hasta 12cm de diámetro, ésta planta reúne algunos de los que podrían ser los elementos de la Pasión de Cristo. Posee unas piezas filamentosas, dispuestas en círculo, que semejan la corona de espinas; los estambres, o partes masculinas, parecen tres martillos, mientras que las partes externas de los pistilos (órganos femeninos), estilo y estigma, son como los clavos utilizados en la crucifixión.


Volviendo a sus características , se trata de una planta sarmentosa de tallos volubles de sección cuadrangular, que utilizan para apoyarse unos visibles zarcillos que enrollan en espiral. En condiciones normales, es una planta de hoja perenne, aunque en regiones de frío invernal puede llegar a deshacerse de todo o casi todo su follaje. Sus tallos son capaces de alargarse varias decenas de centímetros en una sola temporada, lo cual es una gran ventaja a la hora de cubrir una extensa superficie en poco tiempo.


En cuanto el tiempo empieza a calentar, comienzan a emerger unos gruesos “botones” de flor que van abriéndose de forma paulatina y que no dejan de hacerlo hasta bien entrado el otoño. En lugares resguardados y en regiones cálidas, esas flores se transforman en una especie de ciruela alargada, del tamaño aproximado de un huevo, de color naranja y comestible, el maracuyá, de sabor dulce y suave.



PROPIEDADES NUTRITIVAS DEL MARACUYÁ
El agua es su principal componente. Contiene una alta cantidad de hidratos de carbono por lo que su valor calórico es muy elevado.
Cabe destacar su contenido de provitamina A, vitamina C y respecto a los minerales, su aporte de potasio, fósforo y magnesio. La variedad amarilla es más rica en minerales y en provitamina A que la morada.
Además, contiene una cantidad elevada de fibra, que mejora el tránsito intestinal y reduce el riesgo de ciertas alteraciones y enfermedades.


La provitamina A o beta caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita. Dicha vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. La vitamina C interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. Ambas vitaminas cumplen además una función antioxidante. El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. El fósforo interviene en la formación de huesos y dientes y participa en el metabolismo energético. El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, también forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.


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