lunes, 20 de junio de 2011

INVASORES

La globalización no es un fenómeno que afecta sólo al comercio, los sectores primarios, la industria, la economía, la seguridad, la política o los flujos migratorios de los seres humanos. También actúa, y no precisamente de modo positivo, en la naturaleza. Plantas y animales procedentes de otras latitudes del planeta dañan, de modo irreversible en ocasiones, a los seres vivos autóctonos de cada región del globo. Son muchas, y cada vez más, las especies que encuentran fuera de sus áreas naturales un medio apropiado para subsistir. Esta extraordinaria capacidad de adaptación se ha convertido en una amenaza que puede favorecer la extinción de las especies autóctonas con las que entran en competencia por el alimento o por el territorio. La proliferación de especies invasoras, o alóctonas, es, tras la destrucción del hábitat, la principal causa de extinción de plantas y animales, debido a que -según los casos- depredan sobre las autóctonas, compiten por los recursos, se hibridan y transmiten enfermedades. 


La capacidad de adaptación de algunas especies foráneas se ha convertido en una amenaza para otras autóctonas
Algunas pueden llegar a cambiar el propio funcionamiento del ecosistema. Pero no todas las especies introducidas causan problemas. De hecho, muchas de las que habitualmente se utilizan en agricultura y ganadería son exóticas. Sin embargo, las especies invasoras se han convertido en parte importante del cambio ambiental global. En España, uno de cada cuatro tipos de peces que pueblan ríos y lagos es foráneo. Muchas plantas y animales han llegado, por causas accidentales o comerciales, a zonas muy alejadas de su hábitat natural. La introducción del conejo en Australia, que se convirtió en una auténtica plaga, es el ejemplo más conocido de especie invasora. En la Península Ibérica se han introducido -de forma intencionada o accidental- muchas especies exóticas, tanto de fauna como de flora que han causado graves perjuicios a las especies autóctonas.
En Aranjuez no estamos exentos de este problema, ya que hay gente que abandona a sus mascotas en los ríos y jardines pensando que allí podrán sobrevivir sin problema. Del mismo modo hay gente que, cuando una planta enferma o simplemente estorba y ya no sirve como adorno, la tiran en cualquier lugar del campo sin pensar que allí se puede propagar por sí misma.

Tallos abandonados en Sotomayor

Qué podemos hacer nosotros...?
  • No sueltes ningún animal en la naturaleza. Con las plantas y semillas, lo mismo.
  • Recuerda que las especies invasoras son una de las causas principales de extinción de especies a escala mundial.
  • No compres especies exóticas como animales de compañía. Y si ya las tienes, cuídalas y no las abandones.
  • Intenta utilizar especies autóctonas como plantas ornamentales.
  • Si viajas, no traigas contigo seres vivos. En su lugar de origen viven mejor y no causan problemas.
PARA SABER MAS:

2 comentarios:

  1. Muy interesante Mingo. Es bueno de vez en cuando hablar de este asunto. Hace pocos días ví un programa de televisión dedicado a mascotas en el que salía gente con Mapaches. No sé si habrá llegado al Tajo ya. En el Henares y en el Jarama es un bicho habitual. Hay que inculcar responsabilidad y educación. Creo además que se debería legislar este asunto. No pretendo ser drástico, pero se debería prohibir totalmente la venta de animales y de algunas plantas exótico/as.

    Saludos.

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  2. Si no prohibir, al menos llevar un control y seguimiento de los animales exóticos que se venden, con un registro que se verifique cada 6 meses o cada año, según que tipo de animal sea. En caso de muerte se debería de entregar el cadáver a un veterinario para su certificación y comunicación al órgano pertinente.
    Lo de las plantas sería más complicado.

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